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Nota Informativa |
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I. Introducción |
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1. La primera reunión informal del Consejo General, del 4 de septiembre de 2001, se celebró después del "control de la situación real" (reality check) de finales de julio. Durante esta reunión, el Presidente del Consejo General informó a los miembros de la OMC que a finales de mes aportaría los elementos necesarios para la elaboración del proyecto de Declaración de la Conferencia Ministerial de Doha. Mientras tanto, planeó celebrar, durante los diez días siguientes, consultas informales con ciertos miembros de la OMC, individualmente o en grupo, sobre las cuestiones pendientes del conjunto de elementos que podría convenirse en Doha. En comparación con las consultas celebradas hasta entonces, las nuevas abarcarían cuestiones generales horizontales en lugar de cuestiones específicas. 2. El 26 de septiembre de 2001, el Presidente emitió un proyecto de Declaración de la Conferencia Ministerial (JOB(01)140) que debía ser debatido entre los Miembros, y que fue el fruto de largas consultas entre el Presidente y el Director General (DG) de la OMC. Al mismo tiempo que el proyecto de Declaración Ministerial se presentó, en la misma fecha, un proyecto de Decisión sobre las cuestiones y preocupaciones pendientes relacionadas con la aplicación (JOB(01)139). Estos dos textos no han sido todavía debatidos en su totalidad. (La ACICI elaborará en breve una Nota Informativa dedicada a estos dos textos). 3. La reunión del Consejo General del 4 de septiembre de 2001 tuvo lugar después de un mes de relativa inactividad en la OMC, si bien se observó bastante movimiento al margen en otras reuniones celebradas fuera del marco de la OMC; sin embargo, no se observaron grandes avances en cuanto al programa de Doha. Los trabajos realizados en la OMC antes del descanso del verano se centraron en los siguientes tres campos principales: proseguir las negociaciones prescritas en la esfera de la agricultura y los servicios (componentes principales del Programa Incorporado); reducir las desigualdades entre las posiciones divergentes de los miembros sobre la aplicación; y avanzar en los preparativos de un proceso de negociaciones más amplio, o como declaró el propio DG, en efecto, una nueva ronda, para la próxima Conferencia Ministerial prevista en Doha. Está claro que estos tres puntos están estrechamente vinculados, y algunos miembros de la OMC son de la opinión que si no se consigue llegar a concesiones recíprocas, que tan sólo serían posibles dentro de un mandato de negociaciones más amplio (es decir, una ronda), será muy difícil lograr un avance sustancial en las negociaciones objeto de mandato (en particular la agricultura) o en las cuestiones relativas a la aplicación. Por otra parte, según ciertos miembros de la OMC, en su mayoría países en desarrollo y países menos adelantados (PMA), progresar en lo tocante a la aplicación es una condición sine qua non para que se inicien nuevas negociaciones. 4. El final del mes de julio de 2001 marcó un hito importante en los preparativos de la Ministerial de Doha. A fin de evitar que se repitiera la situación de Seattle, el DG declaró que, para esa fecha, se debía llegar a un acuerdo entre los miembros en cuanto al alcance y contenido del programa de Doha: el 95% de un conjunto aceptable de elementos debería convenirse para el mes de julio, dejando tan sólo un número muy reducido de temas para etapas ulteriores. Algunos miembros (en particular la Unión Europea (UE), el Japón y los Estados Unidos) opinaron que julio era una fecha demasiado prematura para determinar si era realista o no desplegar esfuerzos para ampliar el mandato de las negociaciones y adoptar un conjunto de elementos casi definitivo. 5. Dado el complejo entramado de cuestiones por resolver y la multitud de posiciones divergentes, se decidió, después de varias reuniones (fue central la reunión copatrocinada por la UE y el Japón en Ginebra a finales del mes de marzo [Nota 1] ), que a finales de julio se realizaría un "control de la situación real", a fin de evaluar, de manera realista, la viabilidad de tratar las cuestiones relativas a la aplicación y de convenir en la ampliación del mandato de las negociaciones. 6. El enfoque que se ha adoptado para preparar la Ministerial de Doha es ciertamente muy distinto de la estrategia seguida en los preparativos de la Conferencia de Seattle [Nota 2] , en la que se tomaron en consideración los intereses y preocupaciones de todos (all inclusive strategy). Para evitar un texto demasiado denso, y dado que los elementos del conjunto no se habían decidido todavía, no se presentó ningún proyecto de Declaración para Doha antes del descanso del verano. Por consiguiente, al igual que en los preparativos de la Conferencia Ministerial de Seattle, los avances han sido difíciles de realizar. 7. La dificultad no reside únicamente en la ausencia de un acuerdo en cuanto al alcance y contenido del programa de Doha. Quizás lo que es importante es que existen dos posiciones totalmente opuestas (y otras tantas entre medio) que perciben el sistema multilateral de comercio desde perspectivas muy distintas: por un lado, los miembros de la OMC que apoyan el inicio de una nueva ronda, y que consideran este elemento de crucial importancia para la supervivencia del sistema [Nota 3] , y por el otro, aquellos que piensan que el proceso iniciado durante la Ronda Uruguay todavía no ha finalizado y que no deberían entamarse nuevas negociaciones hasta que no se pueda confirmar - tanto en su letra como en su espíritu - que se está consolidando el cumplimiento de los derechos y obligaciones pendientes desde dicha Ronda. Estos últimos [Nota 4] sostienen firmemente que antes de negociar nuevas normas y de continuar el proceso de liberalización del comercio, es necesario resolver las cuestiones vinculadas a la aplicación. Los primeros arguyen que las solicitudes relacionadas con la aplicación son tantas que deben tratarse en el contexto de una ronda global de negociaciones. De ahí que los obstáculos insalvables que impiden el lanzamiento de una nueva ronda sean preocupantes, no sólo en cuanto al éxito que pueda alcanzarse mediante la celebración de la próxima Conferencia Ministerial, sino en cuanto al buen funcionamiento, a largo plazo, del sistema multilateral de comercio. Aquellos que han empeñado el futuro de la OMC en el lanzamiento de una nueva ronda, han repetido en varias ocasiones que de no iniciarse ésta, la OMC perderá su relevancia. 8. El desafío consiste en disminuir las grandes diferencias entre estas dos posiciones que según parece, son irreconciliables y acomodar, haciendo uso de la flexibilidad, los intereses primordiales y así lograr el consenso. La credibilidad del sistema está en juego, si bien se debe a diferentes motivos y distintas perspectivas. Se trata de la pérdida de credibilidad de la OMC, ya sea porque no se logrará iniciar una nueva ronda global, o por la imposibilidad de resolver las cuestiones relacionadas con la aplicación. Pese a las advertencias procedentes de distintos medios, las posiciones parecen ser inalterables y, hasta ahora, los avances han sido apenas perceptibles. 9. La aplicación, una de las mayores preocupaciones de los países en desarrollo y una de las cuestiones más problemáticas que llevó al fracaso de la Conferencia Ministerial de Seattle, ha sido objeto de intensos debates en el seno de la OMC y uno de los principales temas de trabajo desde dicha conferencia. El Consejo General viene celebrando Sesiones Especiales con miras a avanzar en la solución de los problemas ligados a la aplicación y los órganos subsidiarios han contribuido asimismo en esta tarea. Sin embargo, el alcance de estas dificultades ha hecho que se avance muy despacio. La aplicación cubre una amplia gama de temas, entre ellos la agricultura, los Aspectos de los Derechos de Propiedad relacionados con el Comercio (ADPIC), las Medidas en materia de Inversiones relacionadas con el Comercio (MIC), los textiles y el vestido, la valoración en aduana, las normas de origen, los obstáculos técnicos al comercio, las medidas sanitarias y fitosanitarias, el trato especial y diferenciado, las salvaguardias, etc. Se han presentado casi cien propuestas, con ciertas variaciones cada una de ellas. A continuación una breve presentación de los aspectos más destacados del proceso en curso. 10. Durante la Sesión Especial celebrada el 27 de abril de 2001, el Presidente declaró que, a pesar del tiempo invertido y los esfuerzos desplegados en el marco del Mecanismo de Examen de la Aplicación [Nota 5], el proceso no avanzaba. Pese a las numerosas reuniones informales y las continuas consultas, no se ha llegado a ningún resultado positivo. En junio, el proceso de examen de la aplicación recibió un ligero impulso a través de una propuesta (basada en una recopilación elaborada por la Secretaría en la que se recogían 99 cuestiones pendientes, JOB(01)14, del 20 de febrero de 2001) presentada por un grupo de siete países [Nota 6] (G-7) durante una de las reuniones informales del Consejo General, celebrada el 21 de junio de 2001. Esta propuesta dio el impulso esperado, al infundir una dosis de pragmatismo y al proporcionar una clasificación en la que se dividían las cuestiones pendientes en cuatro categorías: (i) las cuestiones en las que se podría lograr un pronto acuerdo [Nota 7]; (ii) las cuestiones de menor urgencia, por haberse solucionado o aclarado; (iii) las cuestiones referidas a los órganos subsidiarios y que debían volverse a considerar durante la Sesión Especial del Consejo General sobre la aplicación, prevista para septiembre; (iv) otras cuestiones pendientes que podrían resolverse dentro del marco de un mandato de negociaciones adecuado o que podrían resolverse gracias a un compromiso político durante las negociaciones (que se espera se celebren próximamente). Los miembros reaccionaron favorablemente y acogieron con beneplácito las propuestas, al considerarse constructivas y al proporcionar un camino a seguir que permitiría desbloquear el estancado proceso. 11. Está claro que sería difícil enumerar todas las cuestiones contenciosas relativas a la aplicación; sin embargo, a fin de ilustrar lo esencial de las propuestas recogidas en la primera sección del documento del G-7 (es decir para las cuales un pronto acuerdo era posible), así como las diferencias existentes entre las distintas posiciones, se presentan a continuación los siguientes puntos:
12. De la segunda sección del documento del G-7, en la que se abordan las cuestiones que han sido solucionadas, aclaradas o que se consideran menos urgentes, conviene destacar dos elementos: en cuanto a las normas de origen, el G-7 se refiere a la propuesta inicial que sugiere no tener ningún acuerdo ad interim, pero no hace mención de los trabajos todavía por realizar en la esfera de la armonización de las normas de origen no preferenciales. La fecha límite para la finalización de dichos trabajos (20 de julio de 1998) no fue observada y se fijó el nuevo plazo al 31 de diciembre de 1999. La nueva fecha establecida es la Cuarta Conferencia Ministerial y, de no cumplirse, la misma se pospondrá al 31 de diciembre de 2001. En lo referente a la valoración en aduana, el documento del G-7 menciona la "extensión de la moratoria de conformidad con el párrafo 1 del artículo 20". Sin embargo, en dicho documento se omite una de las propuestas iniciales que pretende encontrar una solución multilateral que podría incluirse en el Acuerdo y que permitiría a los países importadores obtener informaciones sobre los valores de exportación en los casos dudosos, a fin de evitar el fraude. 13. Durante la Sesión Especial relativa a la aplicación, celebrada el 20 de julio de 2001, se presentaron dos documentos adicionales en los que se hacía balance de la situación y se pretendía aclarar las dificultades pendientes. En el primer documento, JOB(01)/112, del 13 de julio de 2001 (en adelante denominado "Documento del Presidente"), presentado por el Presidente del Consejo General y el DG de la OMC bajo su propia responsabilidad, se destacaban los elementos que podrían facilitar el progreso. La idea clave de este documento se centraba en la Sección 1 de la propuesta presentada por el G-7 (si bien se omitieron las secciones 2, 3 y 4). Como lo señalaron varias delegaciones durante la Sesión Especial del 20 de julio de 2001, en el Documento del Presidente tampoco se hacía mención de ciertas cuestiones importantes (recogidas en la Sección 1 del documento del G-7), relativas a las normas antidumping, los textiles y el vestido, y las MIC. Éstas, junto con las tres secciones restantes del documento del G-7 debían ser objeto de consultas posteriores. El segundo documento, JOB(01)115, del 19 de julio de 2001, debatido durante la reunión, consistía en un Informe de Situación preparado por la Secretaría sobre las cuestiones remitidas a los órganos subsidiarios. Se elaborarán en breve informes sobre los mismos y se presentarán al Consejo General el 30 de septiembre. 14. En opinión de los miembros, el Documento del Presidente ha contribuido al avance del proceso, si bien los países en desarrollo han expresado su decepción, ya que en dicho documento no se incluyeron las preocupaciones de mayor interés para ellos y no se abordaron de manera adecuada otras de las cuestiones (el acceso a los mercados, las subvenciones, el trato especial y diferenciado, el Modo 4, los ADPIC y la salud). Algunos representantes llamaron la atención sobre el hecho de que en la Decisión sobre la Aplicación del 3 de mayo de 2000, se había fijado la Cuarta Conferencia Ministerial como plazo para resolver las cuestiones relativas a la aplicación y que ello era una parte esencial de la estrategia para recuperar la confianza. Así pues, los delegados expresaron su preocupación sobre las cuestiones remitidas a los órganos subsidiarios, ya que según ellos, no era la mejor solución. El Consejo General debería ocuparse de esas cuestiones, dado que requieren una contribución más bien política que técnica. Por otra parte, de remitirse a los órganos subsidiarios, estas cuestiones deberían abordarse según directrices específicas y dentro de plazos establecidos. Se sugirió asimismo que se escalonaran los informes de los comités subsidiarios, a fin de evitar un exceso de debates, en caso de que se presentaran todos de manera simultánea. 15. En lo que atañe a la reunión informal del Consejo General, celebrada los días 30 y 31 de julio de 2001, el Presidente y el DG presentaron un informe, JOB(01)118, del 24 de julio de 2001, sobre la situación de los trabajos preparatorios relativos a las cuestiones concretas. En cuanto a la aplicación, el informe destacaba los positivos avances realizados (tales como la contribución del G-7 y el documento subsiguiente presentado por el Presidente del Consejo General y el DG, así como otras sugerencias de los miembros), que podrían proporcionar el impulso necesario para lograr prontos acuerdos. Sin embargo, en el informe se reconocían asimismo los escasos avances realizados para lograr la convergencia en ciertas esferas principales, como el desacuerdo persistente en lo relativo a la viabilidad técnica para resolver ciertas cuestiones que requerirían, o cambios en la legislación nacional o en los acuerdos existentes. Cabe añadir que no se llegó a ningún acuerdo para saber si estas cuestiones podrían examinarse de manera adecuada en el marco de negociaciones más amplias. 16. En las reuniones dedicadas a los "controles de la situación real", el Presidente del Consejo General enumeró varios puntos importantes en relación con la aplicación: que el Documento del Presidente (JOB(01)112) no pretendía ser exhaustivo, dado que todavía se estaban celebrando consultas sobre las cuestiones pendientes (las medidas antidumping, los textiles y el vestido y las MIC); que remitir las cuestiones a los órganos subsidiarios no significaba forzosamente relegarlas, que se trataba tan sólo de una manera práctica de ofrecer a estos órganos el tiempo suficiente para brindar asesoría técnica sobre dichas cuestiones y facilitar al Consejo General la adopción de medidas adecuadas. Se prevé que los informes de los órganos subsidiarios se presenten al Consejo General el 30 de septiembre de 2001. Posteriormente, el DG y el Presidente sugirieron remitir otras cuestiones a los órganos subsidiarios, entre las que figuran las siguientes: la propuesta en la que se sugiere que el Comité de Acceso a los Mercados considere el caso de aquellos miembros que al tener un interés importante en un producto, éste constituye una parte significativa de sus exportaciones; la que sugiere que el Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias se ocupe de la cuestión relativa a la negociación y adopción de acuerdos de equivalencia; que el Comité de Valoración en Aduana debata las preocupaciones de los miembros relativas al fraude; y que el Comité de Subvenciones y Medidas Compensatorias estudie las condiciones que permitan determinar en qué circunstancias los créditos a la exportación concedidos a los países en desarrollo no constituyen subvenciones. 17. El Presidente del Consejo General concluyó que la aplicación constituía una cuestión de primera importancia para los países en desarrollo miembros y que por ello, la lentitud del proceso resultaba todavía más frustrante. Por otra parte, en base a sus consultas, el Presidente señaló que, según él, existían pocas probabilidades de avanzar en una de las cuestiones primordiales, es decir los textiles y el vestido. 18. Se logró, no obstante, un avance importante sobre una de las cuestiones más polémicas relativas a la aplicación: las MIC. El Consejo del Comercio de Mercancías aprobó el 31 de julio de 2001 la exención que garantizaba a ocho países una extensión para ponerse en conformidad con el Acuerdo sobre las MIC, según el enfoque 2+2 [Nota 10]. El Consejo del Comercio de Mercancías recomendó asimismo que se concedería una exención a Tailandia, propuesta que fue aprobada por el Consejo General. 19. Los avances para lograr un consenso sobre el programa de Doha se realizaron a lo largo de dos principales vías de acción: en las reuniones oficiales, formales e informales de la OMC, y en otras celebradas fuera de Ginebra por grupos de miembros de la OMC. Las primeras tuvieron lugar en su mayoría antes del descanso del mes de agosto y el proceso de reunión de las segundas no se aceleró hasta el descanso del verano en Ginebra. 20. El proceso de preparación del programa de trabajo de Doha ha venido avanzando muy poco a poco. Desde que comenzó en febrero de 2001 - cuando el Consejo General aceptó que Qatar fuera el anfitrión de la Conferencia Ministerial - se han celebrado 35 reuniones plenarias, formales e informales, como observó el DG durante la reunión informal del Consejo General del 30 de julio de 2001. En comparación con los preparativos de Seattle, conducidos por la Secretaría, el proceso para alcanzar un consenso para la Ministerial de Doha está siendo dirigido por el Presidente del Consejo General, a través de un proceso "abierto y transparente, que ha tenido en cuenta los intereses de todos", y que está dirigido por los miembros. A principios de marzo 2001, el Presidente del Consejo General circuló un documento en el que se planteaban seis interrogantes y en el que se rogaba a los miembros que determinaran si debía elaborarse una "decisión o una declaración" en relación con la nueva ronda de negociaciones comerciales. Las preguntas fueron las siguientes: (a) saber si el Consejo General u otro grupo de trabajo especial debía supervisar los preparativos del programa de Doha; (b) si debían debatirse las cuestiones relativas a la aplicación antes de la Ministerial; (c) si las negociaciones objeto de mandato en las esferas de la agricultura y los servicios debían estar vinculadas a los preparativos de la Conferencia Ministerial de Doha o realizarse de manera separada; (d) si nuevas cuestiones - como el medio ambiente, la transparencia en la contratación pública, la inversión, la competencia, la contratación pública y el trabajo - debían debatirse al mismo tiempo que las cuestiones pendientes o examinarse de forma distinta; y (e) cuál debería ser la vinculación entre las distintas reuniones informales celebradas en el seno de la OMC y las reuniones celebradas fuera de Ginebra. 21. El 20 de abril de 2001, el Presidente del Consejo General emitió una "Lista recapitulativa inicial de las cuestiones que podrían ser objeto de debate", con motivo de la Cuarta Conferencia Ministerial [Nota 11]: i) Opiniones y declaraciones de los Ministros sobre cuestiones actualmente planteadas; ii) Aplicación; iii) Negociaciones / exámenes en curso; iv) Otros elementos del programa de trabajo; v) Organización y gestión del programa de trabajo; y vi) Cooperación Técnica y creación de capacidad. Se examinó este documento en una reunión informal, celebrada el 3 de mayo de 2001. De ésta última, el Presidente concluyó que proseguiría el proceso mediante la celebración de consultas abiertas sobre algunos de los puntos arriba citados. 22. Tras estas consultas tuvo lugar en Ginebra, del 25 al 26 de junio de 2001, una reunión informal a nivel de altos funcionarios. Con motivo de la preparación de la reunión, el Presidente circuló un informe sobre las consultas (JOB(01)/94, del 22 de junio de 2001). El Presidente señaló que aunque se observara un "amplio apoyo para un programa más extenso de negociaciones en Doha", los miembros opuestos a dicha extensión, tanto a nivel del alcance como del contenido, obstruían el proceso, ya que seguían prevaleciendo las consolidadas posiciones sobre una mayor liberalización en la esfera de la agricultura, la protección adicional de las indicaciones geográficas, la inversión, la competencia y el medio ambiente. Por el contrario, las cuestiones sobre las cuales el Presidente señaló cierta convergencia fueron las siguientes: el preámbulo a la Declaración de Doha sería una breve declaración política, en la que se haría hincapié en la dimensión del desarrollo, incluida una referencia posible a los ADPIC y a la salud pública. En cuanto a la segunda cuestión, es decir la aplicación, el Presidente informó que para el conjunto de los miembros se trataba de una cuestión clave y sistémica. En lo relativo al Programa Incorporado, se observó cierta convergencia sobre el tema de los servicios, pero seguía habiendo diferencias sobre la agricultura, las indicaciones geográficas y otras cuestiones. El Presidente se mostró positivo sobre posibles negociaciones en relación con el acceso a los mercados y la facilitación del comercio. (Para más detalles sobre las posiciones individuales, véase la sección IV más abajo). El Presidente concluyó que los debates habían servido para aclarar cierto número de cuestiones, pero reconoció que todavía quedaba mucho por hacer. El "control de la situación real" de finales de julio recibió un amplio apoyo, no como fecha límite sino como "una instantánea realista del progreso y de los problemas planteados". A finales de julio, el Presidente destacó la necesidad de avanzar de manera significativa hacia la convergencia de opiniones, a fin de "construir una base sólida que permita elaborar un proyecto detallado en otoño", y de pasar "de las consultas a las negociaciones". 23. Julio fue un mes de gran actividad en cuanto a los preparativos de la Conferencia Ministerial de Doha. Pareció observarse cierto movimiento en los preparativos de la última sesión celebrada a finales de mes, en la que se realizó un "control de la situación real". Antes de su celebración, el Presidente del Consejo General aportó comentarios sobre varios temas, incluido el acceso a los mercados para los productos no agrícolas y la aplicación, así como varios elementos que favorecieran el debate en torno a la Declaración Ministerial. Dichos elementos se basaban en la lista recapitulativa del 20 de abril (véase párrafo 21). Por otra parte, el Presidente informó que para poder tratar con éxito otros elementos relacionados, necesitaría alcanzarse "un amplio consenso" sobre la cobertura, los objetivos, las modalidades y el tratamiento especial y diferenciado con respecto a posibles negociaciones para liberalizar el comercio de los productos no agrícolas. Sin embargo, sobre este punto, no se llegó a un acuerdo sobre esta cuestión fundamental para los países en desarrollo, es decir las crestas arancelarias y la progresividad arancelaria. 24. A fin de facilitar los debates en la reunión informal del Consejo General celebrada los días 30 y 31 de julio, en la que se realizó el "control de la situación real" sobre los avances relativos al proceso preparatorio de la Ministerial de Doha, el Presidente y el DG circularon un informe, JOB(01)118 [Nota 12], del 24 de julio de 2001. En este informe se observaban todavía grandes diferencias entre las posiciones, en particular en lo relativo a la aplicación (véase más arriba). En él se evaluaban los progresos realizados en cuanto al Programa Incorporado (negociaciones sobre la agricultura y los servicios, y exámenes de elementos contenidos en el Acuerdo sobre los ADPIC), así como en otras esferas que podrían incluirse en el programa de trabajo, como la relación entre comercio e inversión, comercio y política de competencia, la transparencia en la contratación pública, la facilitación del comercio, las negociaciones sobre el acceso a los mercados de productos no agrícolas, la relación entre comercio y medio ambiente, y otras cuestiones como las normas antidumping, la solución de diferencias, el comercio electrónico y los acuerdos comerciales regionales. A continuación algunos temas de particular interés para ciertos países en desarrollo sobre los que se presentaron documentos: el trato especial y diferenciado y el posible establecimiento de grupos de trabajo sobre comercio y deuda, comercio y finanzas y comercio y transferencia de tecnología [Nota 13]; las necesidades particulares de las pequeñas economías [Nota 14], y los créditos a la exportación [Nota 15]. 25. Pese a las grandes expectativas de que una vez realizado el "control de la situación real" las posiciones serían más convergentes, la situación siguió siendo estática. El Presidente del Consejo General reconoció que importantes desigualdades persistían, pero que el tiempo escaseaba y que era urgente empezar a desatarse de las afianzadas posiciones. Los miembros no podían correr el riesgo de llegar a la Ministerial de Doha con demasiadas cuestiones pendientes. El DG corroboró lo dicho por el Presidente sobre la urgencia de reducir las desigualdades entre las distintas posiciones existentes. Si se fracasaba en el establecimiento de un programa de trabajo que permitiera avanzar en la realización de los objetivos del sistema multilateral de comercio, se condenaría la OMC a un largo período de irrelevancia. Este programa de trabajo, según él, reflejaba el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones. El DG declaró que el que existieran todavía desigualdades tan importantes significaba que el proceso de centrarse en consultas sobre cuestiones específicas no daba más de sí; había llegado el momento de estudiar la relación entre las diversas cuestiones y la posibilidad de que los miembros adoptaran concesiones mutuas, lo que requeriría un compromiso y resolución políticos. 26. Más de cincuenta delegaciones tomaron la palabra. Si bien algunos miembros observaron un apoyo reforzado para ir más allá de las negociaciones objeto de mandato en el Programa Incorporado, no se alcanzó consenso alguno para que se incluyeran nuevas cuestiones. En suma [Nota 16]: si bien la Cuadrilateral trató de mostrarse de acuerdo en iniciar una nueva ronda, todavía quedaban numerosas divergencias internas en cuanto a cuestiones específicas, como la inversión y la competencia, el medio ambiente o las normas antidumping, favorecidas por la UE; los Estados Unidos, por su parte, se mostraron reacios a negociar nuevas normas antidumping o a que las cuestiones relativas a la competencia estuvieran sujetas a la solución de diferencias. Estos últimos, al igual que el Grupo de Cairns, creían posible el inicio de una nueva ronda basada en un acuerdo sobre compromisos específicos y plazos concretos para la liberalización de la agricultura, sobre lo que diferían la UE, el Japón, Corea, Noruega y Suiza. 27. Varias delegaciones estaban de acuerdo en decir que la única estrategia práctica para resolver los problemas planteados por la aplicación, de primera importancia para los países en desarrollo, consistía en iniciar una nueva ronda. Los países en desarrollo se resistieron a la elaboración de un programa de trabajo ampliado que incluyera "nuevas cuestiones" (la inversión, la competencia, el medio ambiente y las normas fundamentales del trabajo). Los países africanos y los PMA dieron absoluta prioridad en su programa de trabajo a las cuestiones relativas a la aplicación, como condición para alcanzar cierta flexibilidad frente a otras cuestiones. Incluso en lo que se refiere a la iniciación de nuevas negociaciones sobre las reducciones arancelarias para los productos no agrícolas, el consenso era difícil de lograr, ya que los países en desarrollo centraron sus intereses en las negociaciones de las crestas arancelarias y la progresividad arancelaria, mientras que la UE, por ejemplo, sólo podría aceptar esta opción en el marco de un mandato de negociaciones más amplio. 28. Numerosos miembros lamentaron las largas horas dedicadas a los debates sobre las "nuevas cuestiones", y haber dejado de lado otros temas cruciales como la agricultura, los textiles y las normas antidumping, e hicieron un llamamiento por que se limitaran las ambiciones del programa y se consideraran otras opciones que no fuera la de la negociación. Algunos consideraron que la OMC no caería en un período de irrelevancia por no tener un programa de trabajo ampliado.
29. Se han celebrado algunas reuniones formales e informales entre grupos regionales o individualmente entre miembros de la OMC, a fin de intercambiar informaciones, coordinar posiciones y "dar una dirección al proceso de negociación". Evidentemente, estas reuniones corroboran las posiciones defendidas anteriormente en las numerosas reuniones formales e informales celebradas en la OMC, tanto a nivel del Consejo General como de los órganos subsidiarios. Lo que resulta interesante es que el proceso de coordinación observado entre los países menos desarrollados miembros de la OMC ha dado lugar, en numerosas ocasiones, a la adopción de documentos sobre cuestiones polémicas, y ello a través de declaraciones consensuadas.
30. Los Ministros de Comercio de los 49 PMA se reunieron en Zanzíbar los días 22 a 24 de julio de 2001, con el propósito de adoptar una posición común para Doha y preparar el programa de desarrollo en el que figurarían los objetivos y propuestas de negociación [Nota 17]. Una de las cuestiones más destacadas fue la recurrente postura según la cual, dada la capacidad limitada de los PMA para negociar y adoptar compromisos adicionales, el futuro programa de trabajo de la OMC, y cualquier negociación futura, debería basarse en un programa que tuviera en cuenta los intereses de los PMA. En cuanto a otras cuestiones más específicas, los PMA pusieron de manifiesto sus preocupaciones con respecto a los siguientes puntos:
31. Dado lo difícil que podría ser para los PMA que todas estas solicitudes fueran tomadas en consideración por el resto de los miembros de la OMC, no es sorprendente que el Ministro de Industria y Comercio de Tanzania, el Sr. Iddi Simba, dijera durante la clausura de la reunión, que "la mayoría de entre nosotros no estamos preparados para una nueva ronda". Ministerial del Mercado Común para el Este y Sur de África (COMESA) y de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) [Nota 19]. 32. La reunión del COMESA y de la SADC se celebró en el Cairo el 30 de julio de 2001. Dada la composición de estos dos grupos regionales, (miembros de África del Este y del Sur), el comunicado reflejó los intereses y posiciones de los PMA y de los países africanos. En este último se expresó pleno apoyo a la posición de los PMA, como anunciado en la Declaración de Zanzíbar, y se resumieron las distintas posiciones respecto de las siguientes cuestiones:
Ministerial de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) 33. Los Ministros del Comercio de la SAARC [Nota 22] se reunieron el 23 de agosto de 2001 en Nueva Delhi para celebrar consultas y coordinar posiciones nacionales antes de la celebración de la Conferencia Ministerial de Doha, tal como lo hicieron antes de la Ministerial de Seattle. Las conclusiones de la reunión reflejaron un acuerdo entre los miembros sobre varias cuestiones principales:
"Miniministerial" de México 34. Por invitación del Gobierno mexicano, 17 países miembros de la OMC se reunieron en la Ciudad de México el 1¼ de septiembre de 2001 [Nota 23]. La lista de cuestiones por debatir incluían la agricultura, el medio ambiente, la aplicación, las normas y las cuestiones relativas a la reunión prevista en Singapur, es decir el comercio y la inversión y el comercio y la competencia. La reunión no dio lugar ni a un comunicado ni a comentarios finales, si bien se hizo pública la decisión de celebrar una reunión de seguimiento a nivel ministerial en octubre, en Singapur. En lo relativo a la aplicación, se dejó claro que se necesitaba por lo menos una serie mínima de elementos y que el Presidente y el DG elaborarían otro eventual acuerdo; en cuanto a la agricultura y las medidas antidumping, la impresión general fue que podría lograrse cierta flexibilidad por parte de la UE sobre la agricultura y sobre las medidas antidumping por parte de los Estados Unidos; en lo relativo al medio ambiente, parecía más difícil llegar a un acuerdo, dado el mandato de la UE y la reticencia por parte de otros miembros a ceder respecto del principio de cautela, el etiquetado ecológico, y la relación entre los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente (AMUMA) y las normas de la OMC. Ministerial del Grupo de Cairns 35. La 22» Reunión Ministerial del Grupo de Cairns se celebró en Punta del Este, Uruguay, del 3 al 5 de septiembre de 2001. También participaron en dicha reunión algunos invitados especiales, como el Ministro de Agricultura estadounidense, el representante del USTR y el Ministro de Comercio e Industria de Kenya. En el comunicado emitido al final de la reunión se destacaba que, según la OCDE, la ayuda actual brindada a través de los aranceles y los obstáculos técnicos al comercio al sector agrícola se elevaba a la sorprendente cifra diaria de mil millones de USD. De ahí la urgencia de someter la agricultura a las normas de la OMC, a fin de facilitar las condiciones para una competencia justa, basada en una ventaja comparativa. El Grupo de Cairns estaba comprometido a impulsar la reforma de la agricultura, a fin de establecer un comercio agrícola justo y orientado al mercado. En relación con la Ministerial de Doha, el Grupo reafirmó la plena integración de la agricultura en las normas de la OMC; solicitó la eliminación de todas las formas de subvenciones a la exportación; pidió que se mejorara el acceso a los mercados mediante reducciones substanciales de los aranceles y de las crestas arancelarias, la eliminación de la progresividad arancelaria, los aumentos de los volúmenes de contingentes arancelarios, el reforzamiento de las normas administrativas relativas a los contingentes arancelarios y la eliminación de las medidas no arancelarias todavía en vigor; por último, realizar reducciones considerables de la ayuda interna con miras a su total eliminación. El Grupo demandó asimismo que el trato especial y diferenciado destinado a los países en desarrollo se reforzara y fuera más concreto; que se llegara a un acuerdo claro sobre el calendario de las negociaciones y los plazos para finalizarlas, a través de una estructura que facilitara el progreso de los trabajos. En el comunicado se destacaba la fuerte convergencia de opiniones entre el Grupo de Cairns y los Estados Unidos en relación con el enfoque y el amplio alcance de los objetivos tendentes a liberalizar el comercio agrícola para la Ministerial de Doha. IV. Breve Resumen de las Posiciones de Negociación 36. El miembro de la OMC que cuenta con el programa más amplio en relación con la Ministerial de Doha y con el inicio de una nueva ronda es la UE. El mandato de negociación [Nota 24] de ésta incluye los siguientes temas: inversión y competencia, para el cual la UE estaría dispuesta a aceptar acuerdos plurilaterales. El comercio y el medio ambiente es otro de los principales elementos del programa de la UE. La misma solicita que se aclare la relación de la OMC con los AMUMA y que se incluya el alcance del uso de los programas de etiquetado ecológico y la aplicación del principio de cautela [Nota 25]. La UE se muestra asimismo abierta a negociar las medidas antidumping y las subvenciones. Apoya asimismo el inicio de negociaciones que permitan elaborar acuerdos multilaterales en relación con la facilitación del comercio, la transparencia en la contratación pública y el comercio electrónico, lo que, según ella, beneficiaría tanto a los países en desarrollo como a los desarrollados. A fin de obtener apoyo por parte de los países en desarrollo sobre estas cuestiones, la UE está dispuesta a mostrarse flexible y comprensiva frente algunas de las cuestiones relativas a la aplicación, defendidas por los países en desarrollo, incluida la extensión del Acuerdo sobre los ADPIC, a fin de que éste abarque las indicaciones geográficas para productos distintos de los vinos y bebidas espirituosas, la relación entre dicho Acuerdo y el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la cuestión relativa a los conocimientos tradicionales, los ADPIC y el acceso a los medicamentos, y el examen del Entendimiento sobre Solución de Diferencias. La UE se muestra asimismo abierta al examen de las disposiciones del trato especial y diferenciado para que éstas puedan aplicarse adecuadamente. 37. En cuanto a incluir las cuestiones relativas a la inversión, el medio ambiente y el examen de las medidas antidumping, la posición del Japón se asemeja en gran medida a la de la UE, al apoyar la inclusión de éstas en el nuevo programa de negociaciones. Respecto de las medidas antidumping, a la UE y al Japón se han unido otros miembros de la OMC, incluidos países de América Latina y de Asia, como Chile y Corea, que han expresado su apoyo para que se fortalezca la disciplina con respecto a las normas antidumping. 38. El interés de los EE.UU. en el inicio de una nueva ronda es menor que el de la UE. Los intereses principales de éstos son el acceso a los mercados, la transparencia en materia de contratación pública y el examen de las normas relativas a la solución de diferencias. En cuanto a la aplicación, los EE.UU., conjuntamente con el Canadá, desean descartar la idea de que se modifiquen las disposiciones del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido, dado que el calendario relativo a la aplicación, aprobado por el Congreso, ya forma parte de la legislación estadounidense. Los EE.UU. se han mostrado reacios a aceptar negociaciones sobre inversión y competencia. Algunos países en desarrollo, en particular Colombia y Chile, se muestran favorables a que se incluya la inversión. En cuanto a la competencia, otros miembros de la OMC se oponen a su inclusión en las nuevas negociaciones, como el Brasil, Chile, la India, el Pakistán, Indonesia, Hong Kong - China, Singapur, Ghana, Sudáfrica y Trinidad y Tobago. De igual manera, los PMA se oponen a la inclusión de la competencia, ya que carecen del marco jurídico y administrativo necesarios, así como de las capacidades, o no disponen de una autoridad de competencia central. Éstos y otros miembros de la OMC también se oponen al enfoque plurilateral en relación con la inversión y la competencia, al declarar su apoyo en favor de un "compromiso único". 39. La agricultura, una de las cuestiones importantes que bloqueó las negociaciones durante la Ronda Uruguay, sigue siendo objeto de fuertes divergencias; por una lado, los exportadores de productos agrícolas, los EE.UU. y el Grupo de Cairns, que tratan de ampliar el mandato estipulado en el artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura y, por el otro, la UE, que recibe el apoyo de Noruega, el Japón, Suiza y Corea, para los cuales la multifuncionalidad de la agricultura reviste particular importancia, si bien podrían convenir en una fecha para finalizar las negociaciones objeto de mandato, inscritas en el artículo 20. 40. Respecto de la facilitación del comercio, que parecía una cuestión relativamente neutra, los países en desarrollo se muestran reacios a incluirla en las nuevas negociaciones por temor a que pueda ser un nuevo objeto de litigio en la OMC. 41. La mayor parte de la atención se ha centrado, por un lado, en ampliar las negociaciones y, por el otro, en las cuestiones relativas a la aplicación. En segundo plano, y expresada tan sólo en escasas ocasiones, está la necesidad de una estrategia "de reserva", en caso de que no se logre iniciar una nueva ronda global de negociaciones comerciales multilaterales y/o se fracase en el intento de abordar las cuestiones de aplicación de manera satisfactoria para todos. Algunos miembros, los que abogan por la ampliación de las negociaciones más allá del Programa Incorporado, plantean la "teoría de la bicicleta": si la bicicleta deja de moverse, se cae. Los que defienden que lo más adecuado sería centrar los trabajos de la OMC en las cuestiones de aplicación, han expresado su desacuerdo en cuanto al argumento que si no se amplía el mandato de las negociaciones más allá del Programa Incorporado, la OMC perderá su relevancia. Consideran que el programa de trabajo es lo suficientemente extenso e importante para que merezca la plena atención de los miembros de la OMC. Estos últimos creen, además, que resolver las cuestiones ligadas a la aplicación llevaría a la consolidación del sistema multilateral de comercio. 42. Sin embargo, las cuestiones no son tan divergentes como parecen. El alcance y contenido del programa de Doha relativo a las negociaciones, sobre el cual todos los miembros podrían ponerse de acuerdo, cubre un amplio abanico de cuestiones. De igual modo, la manera de abordar las numerosas cuestiones en materia de aplicación, sobre las que podría llegarse a un acuerdo, es inconmensurable. La clave reposa en la flexibilidad, no sólo en cuanto al alcance y el grado de ambición del programa de negociaciones, sino también en posibles acuerdos en relación con la semántica. Se puede encontrar un modus operandi que permita llegar a un conjunto de elementos aceptable, que pudiera convenir a todos los miembros de la OMC. El éxito de Doha depende de ello. Lo que está claro, como muchos lo han mencionado en varias ocasiones, es que lo que está en juego es significativo para todos los miembros y posibles futuros miembros de la OMC, para los países desarrollados y los países en desarrollo, para las economías en transición y los PMA y para las economías pequeñas y vulnerables. No es en el interés de nadie dejar que se repita el fracaso de Seattle. El desafío está en la determinación que los miembros demostrarán durante las próximas semanas para intentar acercar unas posiciones que hasta ahora han parecido ser inmutables, y hacer prueba de un mínimo de flexibilidad, a fin de lograr compromisos que permitan eventualmente alcanzar el consenso. ------------------------------------ Nota 1: A esta reunión asistieron funcionarios de Australia, el Brasil, el Canadá, Chile, Egipto, Hong Kong - China, Hungría, la India, Malasia, México, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Suiza, Tailandia y Turquía. (volver al texto) Nota 2: En el proyecto de Declaración de la Ministerial de Seattle se incluyeron todas las propuestas de los miembros y se constituyó un documento de 32 páginas, con casi todo el texto entre corchetes (es decir que no se logró un texto acordado), y fue el resultado de un enfoque en el que se tuvieron en cuenta los intereses de todos (y en el que se recogieron más de 200 propuestas). (volver al texto) Nota 3: Apoyan esta postura el G-7 y otros altos funcionarios de los círculos intergubernamentales, entre ellos el Secretario General de las Naciones Unidas, los miembros del Grupo Especial de las Naciones Unidas presidido por el Sr. Zedillo (que está a cargo de la elaboración del Informe de Financiación para el Desarrollo), el Presidente y el "Chief Economist" del Banco Mundial y los tres directores generales anteriores de la OMC, entre otros. (volver al texto) Nota 4: Exceptuando la oposición de ciertos países en desarrollo como la India, Malasia, Pakistán y otros miembros del Grupo de Intereses Comunes (Like Minded Group), numerosos grupos de la OMC apoyan asimismo esta posición, tales como los países menos adelantados y los países miembros de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) (véase más adelante la sección relativa a las reuniones regionales y nacionales). (volver al texto) Nota 5: Este mecanismo se inició definitivamente el 3 de mayo de 2000, a raíz de una Decisión del Consejo General, según la cual, el proceso debía finalizarse antes de la Cuarta Sesión de la Conferencia Ministerial. (volver al texto) Nota 6: La Argentina, Marruecos, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza, Tailandia y el Uruguay. (volver al texto) Nota 7: En esta propuesta se recoge la mayoría de las cuestiones pendientes, y no necesariamente aquellas para las cuales podría llegarse a un pronto acuerdo, es decir, como dijo el Presidente del Consejo General, "en cualquier momento entre ahora y el comienzo de la Cuarta Conferencia Ministerial" (Declaración del Presidente, 20 de julio de 2001, n¼ 5465). (volver al texto) Nota 8: Sobre la importante cuestión de las orientaciones en lo que respecta a la negociación y adopción de acuerdos de equivalencia (guión 12 de la recopilación de la Secretaría), el documento del G-7 no propone otras opciones. (volver al texto) Nota 9: Según la norma del derecho inferior, tan sólo debe aplicarse un derecho inferior al margen de dumping calculado si dicho derecho basta para prevenir que se ocasionen daños a los productores nacionales. (volver al texto) Nota 10: La Argentina, Chile, Colombia, México, Pakistán, las Filipinas y Rumania. Diez países solicitaron la exención, incluidos Egipto y Tailandia. La extensión es válida hasta el 31 de diciembre de 2001, con la posibilidad de solicitar otra extensión del plazo hasta el 31 de diciembre de 2003. (volver al texto) Nota 11: Job(01)/51. (volver al texto) Nota 12: Del cual ya se ha hecho mención en la sección dedicada a la aplicación (véase más arriba, párrafo 14). (volver al texto) Nota 13: Presentado por Cuba, la República Dominicana, Kenia, Honduras, la India, Indonesia, Malasia, Pakistán, Tanzania, Uganda y Zimbabwe. (volver al texto) Nota 14: Presentado por Antigua y Barbuda, Barbados, la República Dominicana, las Islas Fiji, Granada, Haití, Jamaica, las Maldivas, Mauricio, Papua Nueva Guinea, San Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, las Islas Salomón y Trinidad y Tobago. (volver al texto) Nota 15: Presentada por el Brasil. (volver al texto) Nota 16: Para más detalles sobre las distintas posiciones, véase la sección V más abajo. (volver al texto) Nota 17: Asistieron asimismo a la reunión el Secretario General de la UNCTAD y uno de los directores generales adjuntos de la OMC, en representación del DG. (volver al texto) Nota 18: La República Democrática del Congo y el Níger se adhirieron a la OMC (después de la Ministerial de Singapur), pero dado que eran Partes Contratantes en el GATT, el proceso se hizo sin que tuvieran que negociar los términos de adhesión. (volver al texto) Nota 19: Asistieron a la reunión ministros y jefes de delegación de las Comorras, Djibuti, Egipto, Etiopia, Kenia, Malawi, Mauricio, Sudáfrica, Sudán, Swazilandia, Uganda, Zambia y Zimbabwe. (volver al texto) Nota 20: Ley sobre Crecimiento y Oportunidades para África (African Growth and Opportunities Act). (volver al texto) Nota 21: Se trata de la iniciativa de la UE "Todo Menos las Armas" (Everything But Arms) que permite un acceso exento de derechos y de contingentes a todas las importaciones de los 49 PMA, a excepción de las armas. (volver al texto) Nota 22: Entre los miembros de la SAARC figuran Bangladesh, Bhután, la India, las Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka. Todos son miembros de la OMC, excepto Bhután y Nepal, que están en proceso de adhesión. Bangladesh no asistió a la reunión, debido a las próximas elecciones. (volver al texto) Nota 23: A esta reunión asistieron la Argentina, Australia, el Brasil, el Canadá, la UE, Egipto, Hong Kong - China, la India, Jamaica, Singapur, África del Sur, Suiza, Tanzania y el Uruguay. Malasia y Pakistán, también invitados, no participaron. (volver al texto) Nota 24: Extraído del Documento de la Comisión Europea relativo a la estrategia para el inicio de una nueva ronda en la OMC (nota destinada al Comité 133, el 13 de diciembre de 2000). (volver al texto) Nota 25: Definido en la Declaración de Río: cuando existen amenazas de daños graves o irremediables, la falta de la plena certeza científica no debería utilizarse como motivo para posponer medidas que permitan prever la degradación ecológica. (volver al texto) |
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